Muchos términos se van perdiendo, “en algunos casos no se sabe por qué, en otros porque desaparece la realidad que les dio origen, o bien se siguen usando a pesar de la desaparición de esa realidad”.
Unas 460 palabras quedaron en desuso en el país, según el Diccionario del Habla de los Argentinos, mientras otras se resignifican o siguen usando pero literalmente dicen otra cosa, como “tirar la cadena” en el baño en lugar de “apretar el botón”, y algunas nuevas surgen como parte de los cambios tecnológicos como postear, tuitear, bloguero y cliquear.
Las poco usadas son alrededor de “260 en nuestro diccionario”, como curdela, figureti, gilastro, estanciera, asalto como fiesta informal, precisó Kalinowski, tras añadir que las de marca desusado, como perramus, runfla, crumiro -que viene del italiano y designaba al trabajador rompe huelgas- o biógrafo, como sala de cine, son unas 180.
Otras frases y palabras que ya no se escuchan son “las rotativas”, el “fax”, la “máquina de escribir” porque la tecnología arrasó con ellas, al igual que teléfono público o locutorios, que fueron boom en los 90 y ahora están en vías de desaparecer junto con sus denominaciones.
Rebobinar la cinta, tocadiscos, winco, cassette, gomina, vaquero, moviola, afilar como noviar, bofe como feo, churro como lindo, bagarto, chinchudo, chau pinela, pilchas, meter el perro, filito, es un traga, salir de levante, arrastrar el ala, pasado de rosca, es un banana, chapar, son algunas de las palabras y frases que quedaron congeladas, que hablan de otros tiempos.
“Las modificaciones en el lenguaje son muy lentas, por eso los nuevos términos que se van incorporando son pocos”, aseguró en diálogo con Télam Santiago Kalinowski, director del departamento de investigaciones lingüísticas y filológicas de la Academia Argentina de Letras, fundada en 1931, que registra voces y frases de uso local para el diccionario.
Entre los desusos y nuevos usos, está el fenómeno de la “lexicalización”, que es cuando una expresión se olvida de su origen como “tirar la cadena” y pasa a expresar otra cosa “porque los hablantes se desentienden del origen etimológico de la expresión”, dijo el investigador.
Fuente: TELAM