El apagón masivo que dejó el domingo 16 de junio al país en penumbras y se extendió hacia Uruguay y Brasil tuvo severas consecuencias para el medioambiente durante las primeras horas de la mañana. Miles de pescados aparecieron muertos en las costas de Ituzaingó y Apipé, en Corrientes, por una bajante extraordinaria del río Paraná, producida por el cierre de compuertas de la represa que fue blanco de las críticas por los cortes generalizados.
El problema es que por la falla de las líneas de extratensión de 500 kilovoltios, la represa de Yacyretá paralizó toda la generación de energía del dique en las plantas hidroeléctricas, térmicas y atómicas, al igual que una llave térmica cuando salta un cortocircuito. Como consecuencia, todas las hidroeléctricas dejaron de funcionar, cerraron compuertas y generaron un desastre ambiental.
Desde la Provincia de corrientes afirman que, cuando se reabrieron las compuertas, se generaron muertas masivas de peces. El domingo por la mañana, algunos pescadores y familias que se encontraban en la zona de Rincón Santa María en la ciudad de Ituzaingó fueron testigos de la aparición de algunos ejemplares muertos de bagres y armados.
La Prefectura de la localidad correntina de Ituzaingó advirtió sobre una pronunciada falta de agua en la bajante del río Paraná, cuya altura en el hidrómetro local osciló entre los 0,80 y 1 metro, entre 20 y 50 centímetros por debajo de lo normal. Por tal motivo recordaron a los navegantes comerciales y náuticos deportivos, turistas, pobladores isleños y ribereños tener en cuenta una serie de recomendaciones.
Según los expertos, la mortandad de peces y los que aparecieron medio moribundos en la mañana del domingo en Ituzaingó fue producto del golpe inicial de la masa de agua y la sobreoxigenación que se genera cuando se abren las compuertas de la represa Yacyretá. Desde la hidroeléctrica no hubo o comunicación oficial al respecto.
También las autoridades locales advirtieron sobre el consumo de mercadería relacionada con pescados, ya que algunos desaprensivos comerciantes podrían aprovechar estos peces muertos para ser vendidos en la zona o en otras provincias vecinas como Santa Fe y Entre Ríos, por lo que recomiendan a la población tomar los recaudos pertinentes y comprar en lugares confiables.