Nos informan desde la Comuna de Santa Rosa de Calchines que desde hace un tiempo se viene trabajando un proyecto que contempla designar nombres de personalidades destacadas de la localidad, por tal motivo se invitó a la Biblioteca Popular “Domingo G. Silva” a sumarse en este compromiso. Esta iniciativa comenzara a plasmarse en las calles ya elegidas a partir del mes de noviembre de este año.
Por tal motivo se realizó una nueva reunión entre Comuna y Biblioteca, con la participación de dos referentes de la comunidad, Beba Vázquez y Coto Beades, que tiene como objetivo tratar y llevar a adelante este proyecto en común referido a la divulgación y conocimiento de biografías de personalidades locales que hicieron historia y que serán futuros nombres de las calles de Calchines.
Es importante aclarar que no existe una normativa a nivel nacional ni provincial que legisle sobre los criterios para dar nombre a las calles de una ciudad o pueblo, por lo tanto dicho criterio debe surgir de las ordenanzas propias de cada localidad o de las autoridades comunales.
Una sana regla que existe en algunos ámbitos, establece que debe pasar un tiempo mínimo, de varios años, los suficientes como para tener cierta perspectiva, antes de dedicar un espacio público a una persona a quien se considerara merecedora de ese homenaje.
También es un criterio compartido que no es justo, ni razonable, que por simple y circunstancial mayoría, las autoridades de turno procedan a quitar y poner nombres, que, como muchas veces ocurre traerá discusión sobre, los méritos o no, del tal o cual persona, de su pasado y de su obra.
Con respecto al plazo prudencial para designar con el nombre de una persona (ya fallecida) a una calle, se puede buscar analogías con ciudades de todo el país y ellas van de 10 años hasta 2, que en líneas generales se la considera la más prudente y justa, según surge de escuchar, entre otros profesionales, a profesores de historia.
Respecto a personas que se encuentran, al momento del homenaje, con vida categóricamente todos consideran que es inoportuno y no aconsejable, dado que el devenir de la vida misma puede poner en situaciones particulares a la misma y poner en tela de juicio los meritos. Pero reiteramos que se trata de una competencia del ordenamiento legal de cada localidad.
La complejidad en el proceso de designación de espacios públicos es, en sí misma, pedagógica. Obliga a la sociedad y a sus representantes a identificar sus valores comunes, a localizar aquellas ideas o experiencias en las que todos pueden sentirse reflejados. Induce, en su dificultad, a un ejercicio de consenso, por ese motivo es que consideramos muy valorable la iniciativa del Gobierno Comunal de Santa Rosa de Calchines de actuar conjuntamente con la Biblioteca Popular “Domingo G. Silva”.
