Carlos Monzón nació en la Costas Santafesina, donde predominan los ríos, las islas y la pobreza, ahí en ese paisaje ese niño sentía que era un lujo comer todos los días. Creció y vivió como pudo y supo hacerlo… a los golpes. Conoció la gloria, la fama, el rechazo y el desprecio. Hoy su nombre se conoce en todo el mundo y su imagen se convirtió en una metáfora de la vida.
Carlos Monzón fue condenado a 11 años de prisión en julio de 1988 por haber matado a su esposa el 14 de febrero de ese año en Mar del Plata. En 1995, el campeón gozaba de salidas transitorias de la cárcel de Las Flores, Santa Fe.
En esas salidas, Monzón solía ir al predio de la UPCN (Unión del Personal Civil de la Nación) donde enseñaba boxeo. Sin embargo, aquel fatídico 8 de enero, aceptó la propuesta de su amigo Jerónimo Mottura para ir a comer un asado.
Monzón tenía libre hasta las 20 hrs., hora en la que tenía que regresar al penal, pero nunca llegó. Alrededor de las 17 hrs., el Renault 19 gris que conducía volcó en el paraje Los Cerrillos de la Ruta Provincial N° 1, al noreste de Santa Rosa de Calchines.
En el auto iban Monzón, Mottura, que también falleció, y Alicia Fessia, cuñada del ex campeón de boxeo, que sufrió heridas.
Las pericias indicaron que el auto mordió la banquina y dio siete vuelcos. Acabó completamente destrozado.
Le faltaban catorce (14) meses para cumplir la condena. Monzón y Mottura perdieron la vida en el acto.
Según indicaron en aquel entonces, el campeón mundial no llevaba puesto el cinturón de seguridad. Una de las versiones afirma que Monzón se infartó al volante y que por eso perdió el control del vehículo. Otra indica que iba conduciendo bajo los efectos del alcohol. Ninguna de las dos hipótesis pudo ser confirmada.
Fuente: Sin Mordaza