Gran alarma provocó la aparición de una víbora de enormes proporciones en la ciudad de Paraná en la vecina provincia de Entre Ríos. Se trata de una Curiyú que se encuentra en peligro de extinción. En la Provincia de Santa Fe es común verlas en la zona de Islas, está prohibido cazarlas y se encuentran protegida por la legislación vigente. Es inofensiva para el ser humano y es una gran depredadora de roedores en las islas.
Gran sorpresa vivieron quienes disfrutaban del sol cuando vieron que una víbora se acercó nadando rápidamente por el río Paraná hacia la playa El Saucedal, de Piedras Blancas, se trataba de una gran Curiyú que salió del agua y quedó en la costa, cerca de las sombrillas hasta que un guardavidas la retiró del lugar.
Rápidamente las autoridades locales aclararon que “No es una especie de serpiente venenosa”, por lo que “No representa riesgos para las personas, siempre y cuando no las molesten ni les hagan sentir que están en peligro” y agregaron que “Si las personas llegan a cruzarse con alguno de estos ejemplares, no las fastidien ni intenten hacerles daño”.
Este tipo de víboras es muy conocida en la zona de la Costa Santafesina y es común que los pescadores la vean en las islas; poco tiempo atrás fue noticia cuando una enorme boa curiyú, fue avistada a la vera del arroyo Mini, cerca de su desembocadura en el río Paraná (entre Arroyo Leyes y Santa Rosa de Calchines). El ofidio fue hallado por un grupo de pescadores, quienes se limitaron a grabarla y fotografiarla, y luego dejaron que siga tranquila su descanso.
También se recuerda cuando por redes sociales se pedía la colaboración para identificar a unos cazadores que habían matado a una serpiente curiyú que encontraron a la altura del segundo puente del Arroyo Leyes. Los hombres no sólo mataron al ejemplar, sino que se fotografiaron orgullosos de lo que habían realizado y difundieron las imágenes. En esa oportunidad el guardafauna Juan Martín Mastropaolo, decía que las serpientes curiyú “No atacan. Al ser mansas las matan solo por la foto. Es una pena porque controlan ratas y otros animales”.
Entre tantas anécdotas relacionadas con esta víbora se recuerda cuando un grupo de jóvenes que transitaba por la ruta provincial A009 camino al Puerto Reconquista, encontraron una enorme serpiente Curiyú al costado del camino. El animal, de una dimensión de tres metros de largo, permitió que el hombre que la encontró la cargara para la foto y luego la liberaron.
BOA CURIYÚ
Es el más grande de los boídeos argentinos, llega a medir 4 mts, y su peso alcanza los 30 kg. La dentición es de tipo “aglifa” (dientes macizos, carentes de canales por donde circula la ponzoña). Los dientes en realidad cumplen la función de sujetar a la presa mientras el ofidio envuelve y presiona hasta matar de asfixia a su presa. Manifiesta un importante dimorfismo sexual secundario; los machos adultos son notablemente más pequeños que las hembras.
Nombre científico: Eunectes notaeus Nombre/s Vulgar/es: boa curiyú o anaconda amarilla Su nombre vulgar deriva de “Curú tijú”, que significa “espuma en la garganta”, y posiblemente se debe a la abundante saliva que se acumula en su boca cuando traga una presa.
Extinción y Conservación:
Es una especie que se encuentra incluida en el Apéndice II de La Convención Internacional Sobre el Tráfico de Especies Silvestres. En el Apéndice II de la CITES figuran especies que no están necesariamente amenazadas de extinción pero que podrían llegar a estarlo a menos que se contrale estrictamente su comercio.
Distribución:
Su distribución ocupa unos 400.000 km2, abarcando la cuenca media del río Paraná y el río Paraguay, desde el este de Bolivia y sur de Brasil, a través del Paraguay, hasta los 31° Sur. En Argentina, donde se extiende por 120.000 km2, se ubica específicamente en las provincias de Santa Fe, Formosa, Chaco, Corrientes, norte de Entre Ríos y sur de Misiones, aunque está principalmente asociada a la región del Chaco Húmedo u Oriental.
Hábitat:
En nuestro país la especie habita, principalmente, en los ambientes de humedales (lagunas, esteros, bañados, cañadas y valles de inundación), siempre en proximidad de las cuencas de los ríos. Se la encuentra en zonas abiertas de tipo sabana o parque.
Alimentación:
Mayoritariamente carnívora, consume principalmente: peces, anfibios, reptiles (pequeños yacarés), aves (garzas) y mamíferos (coipos y carpinchos) de mediano tamaño.
Comportamiento:
Se trata de una especie acuática, tolerante en sus requerimientos de hábitat y generalista en sus hábitos alimentarios. Se mantiene generalmente sumergida en el agua con los ojos y las narinas en superficie, esperando al asecho por alguna presa. Sus movimientos en tierra son bastante lentos, no así en el agua donde es muy ágil y desarrolla gran rapidez en sus movimientos.