Se está distribuyendo en todo el territorio santafesino la tarjeta AlimentAr, y a partir del viernes 28 de febrero comenzará en Rincón y Arroyo Leyes, para luego continuar por toda la Costa Santafesina. Esto en el marco del “Plan Argentina Contra el Hambre”, que apunta a lograr una adecuada nutrición en niños y niñas de hasta 6 años de edad que reciben la Asignación Universal por Hijo (AUH), a embarazadas a partir de los 3 meses que cobran la Asignación por Embarazo y personas con discapacidad que reciben la AUH. Esta medida se da cuando se conoce un alarmante número de niños y niñas menores de cinco años sufre las consecuencias físicas de una mala alimentación y un sistema alimentario que les está fallando, advierte UNICEF. Mientras la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) elaboró un informe donde señala que Argentina encabeza el ranking latinoamericano de obesidad en la infancia por mal nutrición producto de la pobreza. Algunos de estos datos sirven para tomar conciencia.
Estas estadísticas e informes, basadas en relevamientos de campo, reflejan un crecimiento deficiente y ponen a los niños y niñas en riesgo de sufrir infecciones, disminuir sus habilidades de aprendizaje y, en muchos casos, morir. Casi 4 de cada 10 niños y niñas menores de cinco años en la región sufren deficiencias en vitaminas y minerales como el hierro y el yodo, lo que socava aún más su desarrollo.
Según la Unicef, la mal nutrición por exceso actualmente cuadriplica a la desnutrición clásica, con un 31,1 por ciento para la primera y un 8,1 por ciento para la segunda. El problema del sobrepeso se acentúa entre la población de menores ingresos que no tiene acceso a alimentos con calidad nutricional y tiene pocas posibilidades de realizar alguna actividad física recreativa.
Según el último informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), que realiza una radiografía del déficit en siete dimensiones de los derechos y pobreza en la Argentina, reveló que en el 2019 se registraron agravantes en cuanto a la pérdida de derechos y la profundización de situaciones más vulnerables de la población. En este sentido, esta institución sostiene que la inseguridad alimentaria, que implica la reducción involuntaria de la porción de comida o la percepción de manera frecuente de experiencias de hambre, pasó del 28,2% en el 2018 al 32,2% de la población en el 2019. Algo similar ocurre con la pobreza por ingresos, donde pasó del 33,6% en el 2018 al 40,8% en el 2019 y es la cifra más elevada de los últimos 10 años, que no se veía desde el 2006 o 2007.
Con estas cifras se puede afirmar que en nuestro país el 40,8% de las niñas, niños y adolescentes está bajo la línea de pobreza, lo que representa que 6,3 millones de niñas y niños ven vulnerado el ejercicio efectivo de sus derechos. En este contexto, la presencia de sobrepeso y obesidad está relacionada a una alimentación inadecuada por el consumo de alimentos y bebidas procesadas, ricos en grasas, azúcar y sal.
Las malas prácticas de alimentación y nutrición comienzan desde los primeros días de la vida de un niño o niña; durante la lactancia materna que es la correcta forma de alimentar en los primeros meses de vida, pero los niños y niñas comienzan a tener una alimentación incorrecta a los 6 meses durante la introducción de alimentos blandos o sólidos. La UNICEF revela que casi 2 de cada 5 niños y niñas entre seis meses y 2 años no reciben la alimentación adecuada para mantener el ritmo de crecimiento necesario para sus cuerpos y cerebros. En 2018, 1 de cada 5 niños y niñas de este rango etario no recibió ninguna fruta o verdura.
Además, casi 3 de cada 10 niños y niñas no comió huevos, lácteos, pescado o carne, que son fuentes importantes de proteínas y micronutrientes, esenciales para el crecimiento. Las legumbres, como porotos y lentejas, son ricas en fibra, proteínas, hierro, cobre, magnesio, manganeso y zinc; sin embargo, solo 1 de cada 2 niños y niñas fue alimentado con legumbres.
Como síntesis de lo expresado se concluye que la tarjeta “AlimentAr” está pensada en proteger y asistir a los niños y niñas con menos recursos que por lo general consumen alimentos de baja calidad porque cuestan menos. Es esta una buena oportunidad para reflexionar y lograr cambios y transformaciones en nuestra población costera que a simple vista padece la pobreza y con ella la mal nutrición y sus consecuencias,
El Gobernador Omar Perotti lo expresaba así “Estamos poniendo el mayor esfuerzo, la mayor coordinación, con un objetivo central: dar la lucha contra el hambre. El hambre debe dejar de ser una cuestión presente en la Argentina y, en particular, en la provincia de Santa Fe, este tiene que ser el inicio de una discusión mucho más alta en el marco social, que permita que la gente pueda, no sólo dar un paso adelante para conseguir una buena alimentación básica, sino que vaya generando una buena cultura de la alimentación”.