Nos informan desde la Comuna de Santa Rosa de Calchines, que por iniciativa e impulso de la Presidenta Comunal Natalia Galeano, se logró efectivizar una Resolución donde se declara a toda la jurisdicción de Calchines como “Territorio Libre de Pirotecnia”.
La ola llegó a Santa Rosa de Calchines y poco a poco a toda la Costa Santafesina. Hace unos 5 años atrás la ciudad de San José del Rincón, impulsaba por iniciativa del por entonces concejal de la Ciudad, Raúl Rivas, que se declarara a esta localidad “Territorio Libre de Pirotecnia”, la oposiciones fueron múltiples e incluso se la tildaba de inconstitucional.
Al convertirse en ordenanza fue la primera en toda la provincia, le siguió luego Rosario, Santa Fe, Santo Tomé, entre otras; pero esto fue solamente el puntapie inicial de una decisión altamente humanista y ambientalista, que ninguna sociedad civilizada puede desconocer.
Sabíamos que la Presidenta Comunal Natalia Galeano, con buen criterio, tenía entre sus planes declarar a Santa Rosa “Territorio Libre de Pirotecnia”, y finalmente lo logro a través de la Resolución N° 822.
En la misma se dispone que queda prohibido en toda su jurisdicción el uso, exhibición, fabricación, venta de cualquier tipo de pirotecnia ya sea para su uso particular o de persona jurídica. la medida abarca a todo tipo de vendedor sean estos arraigados o ambulantes ocasionales.
Un paso más de esta prestigiosa localidad que todos los día da muestra de crecimiento y superación.
Razones para Prohibir la Pirotecnia
El uso de pirotecnia es peligroso para todos. Dichos dispositivos provocan consecuencias negativas para el medio ambiente, desde ruidos y contaminación a alteración del comportamiento de la fauna e incendios forestales. Y lo peor de todo, para su fabricación se utilizan sustancias como el perclorato de potasio o amonio, que tras las explosiones se concentran en las aguas próximas envenenando nuestros alimentos.
En los animales genera taquicardia, temblores, falta de aire, náuseas, aturdimiento, pérdida de control, miedo y/o muerte. Los perros suelen sentir temor y al huir pueden ser víctimas de accidentes o perderse, las aves reaccionan frente a los estruendos con taquicardias que pueden provocar la muerte.
Miles de niños se queman, accidentan, pierden dedos, pierden la audición y sufren consecuencias para toda la vida innecesariamente, generando sufrimiento a sus familiares que no ven los riesgos de manipular estos explosivos.