En el “Día Internacional de la Mujer Trabajadora” la Universidad nacional del Litoral enfatiza que en el contexto de emergencia sanitaria se profundizó las desigualdades y violencias estructurales de nuestra sociedad. Las medidas de restricción adoptadas fueron adecuadas para evitar la propagación del COVID 19, pero expusieron a las mujeres y disidencias, abriendo aún más las brechas de género que ya estaban presentes. El aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO) acrecentó la precarización laboral, la BRECHA DIGITAL y la sobrecarga en las tareas domésticas y de cuidado. Al mismo tiempo, representó un peligro para mujeres, lesbianas, travestis, trans, y no binaries, víctimas de violencia institucional y de género; obligadas en muchos casos a convivir con sus agresores.
A casi un año de decretarse la cuarentena y frente a la conmemoración de un nuevo “Día de la Mujer”, la UNL sostiene su reclamo y compromiso para trabajar por los derechos de las mujeres. La casa de estudios apuesta al debate y abordaje de las políticas públicas, entendiendo que la emergencia sanitaria no solo expuso las problemáticas de salud, sino que impactó especialmente en las vidas de las mujeres y disidencias.
Pandemia en Clave de Género
“Según datos de CEPAL, las mujeres en América Latina hemos retrocedido más de una década en cuanto a participación laboral a causa de la pandemia del COVID 19, una situación que claramente se ve reflejado en la ocupación y las condiciones laborales y que va a requerir de políticas públicas que contribuyan a su recuperación”, remarcó Adriana Molina, directora del Programa de Género de la UNL.
El contexto de emergencia sanitaria propició el aumento en la brecha entre mujeres y hombres de niveles de desempleo y precarización laboral. De acuerdo con los datos brindados por la Dirección de Economía, Igualdad y Género de la Nación, hoy las mujeres asalariadas ganan casi un 30% menos que los hombres. De la estadística se destaca que muchos de los denominados trabajos esenciales están feminizados: las mujeres son la mayoría de las enfermeras, maestras, trabajadoras de la industria alimenticia y responsables de comedores comunitarios.
La pandemia favoreció a la distribución desigual de los trabajos domésticos y de cuidado, perjudicando claramente a las mujeres quienes vieron un aumento en las horas dedicadas a la limpieza, cocina y organización del hogar, y también las horas dedicadas a los cuidados de las infancias, adolescentes y personas mayores.
“Las mujeres estuvimos al frente de la emergencia sanitaria, en los hospitales y centros de salud, pero también en las políticas de cuidado. No todas tenemos las mismas situaciones y las consecuencias han impactado mayormente a las mujeres con trabajos informales y en situación de pobreza”, destacó Molina que además se refirió en particular a las situaciones de violencia doméstica. “El eslogan “Quedate en casa” implicó para muchas mujeres la convivencia permanente con su agresor”. En ese sentido, las llamadas a la Línea 144 aumentaron un 18% en promedio diario durante el aislamiento preventivo y obligatorio, en relación con el mismo lapso anterior”.
El Rol de la Universidad
Desde el inicio de la pandemia, la UNL desde el Programa de Género de la Secretaría de Extensión Social y Cultural y el Observatorio de Violencias de Género de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales impulsaron acciones para abordar las problemáticas de género y violencias hacia las mujeres y el colectivo LGTBIQ.
En ese sentido, se elaboraron materiales destinados especialmente a organizaciones sociales y socios territoriales y se abrió un aula virtual para poder compartir diferentes materiales, capacitar a funcionarios públicos, profesionales y activistas sociales y barriales. Además, se trabajó junto con gobiernos locales, monitoreando de modo cualitativo el acceso a la justicia en el contexto de emergencia sanitaria. En esa misma línea, se desarrolló una encuesta a la población travesti – trans de la ciudad de Santa Fe en conjunto con la Secretaria de Género e Igualdad de la Provincia. Se realizó también, el monitoreo de las políticas de denuncia y asistencia ante situaciones de violencias por motivos de género implementadas en el marco del COVID 19.
Con el objetivo de mantener los vínculos con la sociedad y trabajar en el empoderamiento de las mujeres y disidencias, se llevaron adelante charlas online y gratuitas a cargo de docentes de esta casa de estudios y especialistas; las mismas abordaron diferentes temáticas ancladas en el marco de la cuarentena desde la perspectiva de género. Por otro lado, para responder a las demandas propias de la comunidad universitaria se sostuvo el funcionamiento del Protocolo contra la violencia de género brindando a docentes, personal de gestión y estudiantes, contención y asesoramiento frente a las situaciones que atraviesan. En ese sentido, además, se profundizó el acompañamiento a estudiantes trans de la universidad con el fin de aportar al sostenimiento de sus trayectorias educativas.
“Desde la Universidad vamos a seguir trabajando para contribuir a la generación de políticas públicas que promuevan la igualdad de derechos y una vida libre de violencias generando acciones positivas para la transformación social y cultural”, finalizó Molina.
Agenda
La UNL desarrollará una amplia agenda de actividades durante todo el mes de marzo. Entre las propuestas se destacan, las Caminatas de Mentoreo de Voces Vitales, la inauguración del aula “Las Sufragistas” en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, el ciclo de muestras “Mujeres protagonistas” y la presentación de un informe sobre violencias de género en el gran Santa Fe, entre otras propuestas.
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