Investigadores del Conicet, de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER) y del INER “Emilio Coni”, estudiarán el nivel de anticuerpos contra el COVID-19 de vecinos de la ciudad de Santa Fe. Para ello tomarán unas 3.000 muestras de sangre para medir anticuerpos y se recabará información de unos mil hogares seleccionados al azar para evaluar potenciales factores de riesgo de contagio y de padecer enfermedad severa.
La iniciativa surgió a partir de la convocatoria de la Agencia Santafesina de Ciencia, Tecnología e Innovación (ASACTeI) a enviar propuestas de investigación para hacer frente a la pandemia. “Desde el Laboratorio de Ecología de las Enfermedades (LEcEn) tuvimos la idea de generar información de aspectos epidemiológicos en el contexto local. Conociendo la complejidad del tema, convocamos a científicos locales de distintas disciplinas, incluyendo a médicos, bioquímicos, biólogos, biotecnólogos, matemáticos, sociólogos, comunicadores sociales, etc., para encarar este proyecto”, asegura Pablo Beldomenico, director del Laboratorio de Ecología de las Enfermedades de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNL, e investigador principal del Conicet.
¿CÓMO SE MEDIRÁN LOS ANTICUERPOS?
El investigador explica que la medición de anticuerpos se realizará mediante un kit desarrollado por el Instituto Leloir de Conicet: “Se trata de una prueba que sólo utiliza una pequeña gotita de sangre de un pinchazo en un dedo. El resto de la información se recopilará mediante encuestas desarrolladas para realizar un estudio epidemiológico que revele factores de riesgo. Dicha encuesta fue optimizada por científicos de las Ciencias Sociales que también participan del proyecto”.
Y completa que “Uno de los temas principales que estudia el Laboratorio de Ecología de las Enfermedades son las dinámicas de infección, y el aporte del grupo tiene que ver con las capacidades para generar conocimiento sobre esas dinámicas”.
El estudio se realizará con personas ya vacunadas contra COVID-19 y también con quienes no han sido inoculados.
El grupo de investigadores proyecta comenzar el trabajo de campo recolectando las muestras de sangre e información a principios de septiembre, e intentarán completar ese muestreo en 4 o 5 semanas, cuando podrán trabajar sobre los datos recopilados.
IMPACTO LOCAL E INTERNACIONAL
“El proyecto tendrá impacto local inmediato porque permitirá conocer qué grado de protección tiene la ciudadanía a esta altura de la pandemia. Eso informa sobre perspectivas al corto y mediano plazo. También de interés local es el identificar cuáles son los principales factores de riesgo asociados a la transmisión y la gravedad de la enfermedad. Esa información puede ser importante para tomar medidas para reducir esos factores de riesgo”, analiza el investigador de la UNL y Conicet.
A la vez, Beldomenico proyecta que “el análisis integrativo de asociaciones entre diferentes factores (individuales, de comportamiento y de contexto) y los niveles de anticuerpos, la incidencia de la enfermedad, y el grado de padecimiento, también tiene el potencial de ser de interés para la comunidad científica internacional”.