El Día Internacional del Dulce de Leche se celebra el 11 de octubre, fecha establecida en 1998 por el Centro Argentino de Promoción del Dulce de Leche y Afines para promocionar su consumo y producción, así como también seguir posicionándolo como un símbolo de la gastronomía argentina a nivel mundial.
Declarado Patrimonio Cultural Alimentario y Gastronómico de la Argentina, el dulce de leche se consolidó como un símbolo de la gastronomía local en el mundo. Según los más recientes relevamientos de la cartera agropecuaria, indican que en la Argentina se producen 128 mil toneladas de dulce de leche al año.
En promedio, cada argentino consume 3,2 kilos al año, lo que lo ubica como el cuarto producto lácteo más elegido, después de la leche, los quesos y el yogurt.
En cuanto a las formas de consumo en el hogar, la principal es untado, y en menor proporción en preparaciones dulces y postres y a cucharadas. Además, el dulce de leche es de los sabores de helado preferidos por los argentinos. Según la Asociación Fabricantes Artesanales de Helados y Afines (Afadhya), el dulce de leche granizado es el gusto más pedido, seguido por el chocolate con almendras y, en tercer lugar, el dulce de leche común.
El principal exportador argentino del producto es la empresa Santafesina San Ignacio, que cuenta con la certificación internacional BRC-GS e incluye en su etiqueta el sello de calidad “Alimentos Argentinos: una elección natural”. En 2021 la compañía exportó -en promedio, considerando todas las formulaciones y presentaciones- unas 72 toneladas por mes y, en los primeros ocho meses de 2022, 10% adicional respecto al mismo período en 2021.
Chile también es el principal comprador de dulce de leche elaborado por la compañía, seguido por “Canadá, Brasil, Estados Unidos y Canadá; en la Unión Europea, el principal mercado es España”, explicó Alejandro Reca, CEO y director de San Ignacio.