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La Gran Pregunta, ¿Los Tucu Tucus Se Pueden Comer? ¿Qué Son, Qué Comen? ¿Dónde Son Un Plato Deseado?

Los tucu tucus, tunducos, ocultos o cururúes, también llamado en el Perú el cuy, cuis, cobaya, pertenecen al género científico Ctenomys. Son pequeños roedores, de vida fosorial (que viven en cuevas subterráneas), muy difundidos en todo el país, con gran presencia en la zona de la Costa Santafesina. Son más de 30 las especies de tucu tucus en el territorio argentino. La pregunta que nos han hecho varios lectores es si ¿estos animales pueden ser consumidos por los seres humanos?.

Justamente es en el Perú, más precisamente en la zona del Cusco donde este roedor, se sirve en los mejores restaurantes, entero en el plato e, incluso, puede adquirirse en las calles con un palillo atravesando el animal. Allí, más allá de la impresión que pueda causar el ver al animal cocinado y el saber que se trata de un roedor, quienes lo han probado explican que se trata de una especie que ofrece una carne blanca y blanda. Además, se trata de una carne con un muy bajo porcentaje de grasa (7.6%) y un alto porcentaje de proteínas (20.3%). Ideal para quienes gustan de comer sano.

Claro está que estos animales que son comidos por los seres humanos en Perú son (según pudimos averiguar) criados en cautiverios con seguimiento bromatológico y control de enfermedades.

En la Argentina y puntualmente en la zona de la Costa Santafesina, No es una costumbre arraigada en la población, aunque pudimos recabar algunas experiencias de baqueanos de las islas que aseguran haberlos comidos en guisos, fritos y a la parrilla, indicando que previamente tuvieron que desvicerarlos, salarlo bien y dejarlos airear.

Uno de los isleños en tono gracioso manifestó “Imaginate, comemos las Comadrejas… mirá si no vamos a comer a los Tucu Tucus”

LOS TUCU TUCUS

Los Tucu Tucus que encontramos en la zona de la Costa Santafesina, según la especie, pesan entre 100 y 1000 grs., están adaptados vara vivir bajo tierra en sus sistemas de galerías, lo que determina su características morfológicas con la cabeza y el cuerpo formando una sola unidad, las patas cortas y sólidas dotadas de fuertes uñas capaces de cavar, y la cola robusta, corta y relativamente gruesa. Los ojos son pequeños y las orejas reducidas. El pelaje no es muy tupido. Posee grandes incisivos, los superiores de color anaranjado, y la boca cierra detrás de los incisivos, pudiendo así utilizarlos para excavar sin llenarse de tierra. La coloración varía según la especie desde amarillo claro al pardo oscuro, pero se mimetiza con el hábitat, lo que dificulta que el animalito sea visto durante sus breves excursiones diurnas fuera de la cueva.

 

Las investigaciones del grupo de Micología del CRILAR (Centro Regional de Investigaciones Científicas y Transferencia Tecnológica) han revelado que este animal tiene un papel esencial en la ecología de los ecosistemas del Monte. Los Tucu-Tucus comen las raíces de plantas nativas, la mayor parte de ellas colonizadas por hongos promotores de crecimiento de las plantas. Al depositar luego sus heces en los túneles, actúan como dispersores clave de estos hongos. Esto podría tener un importante rol en la dinámica de la estructura de las comunidades de plantas autóctonas al facilitar su esparcimiento.

 

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