El “Chamamé” es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Así lo reconoció la UNESCO, la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura en el año 2020. Esta expresión cultural que se manifiesta en el canto, la música y la danza, es un canto a los valores esenciales, el amor a la tierra, a la fauna, a la flora. Es orgullosamente una manifestación cultural, musical y de danza propios de la Costa Santafesina.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró al Chamamé, la tradicional música y danza litoraleña como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por su trascendental aporte a la cultura en todo el continente. Este reconocimiento fue a propuesta de la Provincia de Corrientes y fue avalada por el organismo internacional un 16 de diciembre del año 2020, de tal manera que la Argentina hoy tiene 3 Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, el Tango, el Fileteado Porteño y el Chamamé.
ORIGEN E HISTORIA
Hay varias versiones sobre el origen de la palabra Chamamé y su origen, algunos sostienen que Chamamé es un vocablo de origen Guaraní que significa “cualquier cosa” o “cosa hecha como quiera que venga”. Hay otras acepciones como che aimé ámame (yo estoy en la lluvia), che memé (siempre yo), che ámame (a mi amada), che amó ámeme (doy reparo a menudo). Estudios hechos por antropólogos e historiadores indican que “La palabra Chamamé proviene de la frase en idioma guaraní “ñe’ẽ mbo’e jeroky”, que quiere decir “cantos danzas”. Rubén Pérez Bugallo, fundamenta su posición en la dirección Perú-Paraguay de las corrientes colonizadoras, la llegada de los Jesuitas al Paraguay (desde Perú) y la introducción del romancero español (versos de 16 sílabas rimando entre sí en forma asonante y dividida en dos hemistiquios de 8 sílabas cada uno) también desde Perú.
En sus orígenes, el Chamamé fue una danza rural de pareja, pero la expansión por toda la zona Litoral primero, y por el resto del país luego se produjo también como un género vocal – instrumental. Los estudiosos Julían Zini y Julio Cáceres descubrieron danzas cortesanas antiguas que se bailaban desde la expulsión de los Jesuitas, allí reside el origen del Chamamé, según estos autores, con la mezcla de las distintas etnias que poblaron la provincia de Corrientes. El historiador Prof. Enrique Piñeyro obtiene datos muy precisos de las influencias (Gregorianas y flamencas) con las misiones jesuíticas y luego ritmos netamente GUARANÍES y africanos que confluyeron en lo que hoy llamamos “Chamamé”.
EL ACORDEÓN
Un elemento esencial en el Chamamé es el acordeón o bandoneón, en combinación con la voz humana, el contrabajo y las guitarras, estos son los instrumentos que definen el sonido de la música del Chamamé. Su conformación musical hay que ubicarla hacia 1870, cuando en el acordeón de dos hileras de “cantos” y ocho bajos, conocido popularmente como “verdulera” llegó al Litoral Argentino de la mano de los inmigrantes europeos.
LA POPULARIZACIÓN DEL CHAMAME
La primera pieza inscripta como Chamamé en Sadaic data de 1930. Sus autores eran Diego Novillo Quiroga y Francisco Pracánico, se trata del tema “Corrientes Poty” (flor de Corrientes), aparecido en un disco del cantante Samuel Aguayo.
La creación del nuevo rótulo obedecía al deseo de RCA Víctor de congraciarse con el público litoraleño, principal comprador de sus discos. Varios intérpretes del género musical intentaron cambiar el nombre de Chamamé por otros más genéricos, así fue que iniciaron hacia 1942 un movimiento para cambiarle el nombre, afortunadamente no lograron consenso y fracasaron en su intento. En 1944 Osvaldo Sosa Cordero y sus correntinos lo denominaron música campera. Pedro Sánchez, del trío Taragüí, lo bautizó letanía, otros lo han denominado litoraleña o simplemente música del Litoral.
TIPOS DE CHAMAMÉ
Existen varios tipos de chamamé: el chamamé maceta, de caté (elegante, en lengua guaraní), chamamé orillero, en el que se notan las influencias del tango, chamamé canción, de tónica sentimental conocido como chamamé ganci o chamamé triste; chamamé kireí, de ritmo vibrante; chamamé changüí, de ritmo lento ideal para la conquista amorosa; el rasguido doble es una danza de melodía cadenciosa y el valseado, que es una danza de pareja enlazada.