Un accidente de tránsito en la Ruta Nacional Nº 168, en dirección a Paraná, desató un verdadero caos vehicular este domingo al mediodía, con una congestión que alcanzó más de cinco kilómetros y se extendió hasta la Avenida Alem en Santa Fe. La pregunta es ¿por qué no hay un “Plan de Contingencia” para estos casos, ya que este tipo de situación No es nueva y seguramente se volverá a repetir?
Este domingo 20 de octubre, un accidente de tránsito, sin heridos graves, desencadenó un caos vehicular de más de cinco kilómetros en la Ruta Nacional N° 168, justo en una jornada marcada por el Día de la Madre. El choque, que involucró a dos automóviles sobre uno de los puentes aliviadores del corredor vial, ocurrió al mediodía en dirección a Paraná, en el momento en que muchas familias transitaban hacia sus celebraciones.
Aunque el siniestro no registró lesionados graves y el personal de tránsito y policial llegó rápidamente al lugar, la situación expuso la falta de un “Plan de Contingencia” adecuado para gestionar este tipo de incidentes. A pesar de que los vehículos estaban relativamente intactos y la colisión fue leve, la maniobra para despejar el puente no se realizó con la rapidez esperada, generando una congestión que se extendió hasta puntos críticos como Avenida Alem y Bulevar Gálvez, afectando el acceso al Viaducto Oroño y provocando demoras de horas.
Los conductores atrapados en el embotellamiento cuestionaron la gestión del incidente: “Si el accidente fue leve, ¿por qué no movieron los autos rápidamente fuera del puente? Con solo empujarlos unos metros hacia el costado, se hubiera evitado este colapso”, expresaban algunos de los afectados.
El fuerte incremento del tráfico en la ruta debido a la festividad y la falta de mecanismos rápidos para liberar el paso en casos menores como este evidenciaron la urgente necesidad de implementar un plan de contingencia que evite colapsos de este tipo, sobre todo en fechas de gran movimiento vehicular. La situación planteó serias dudas sobre la capacidad de respuesta ante siniestros viales y la necesidad de soluciones más ágiles para gestionar el tránsito en rutas de alta circulación.
El embotellamiento dejó en claro la vulnerabilidad del sistema vial en este tramo crucial, generando un fuerte reclamo por parte de los ciudadanos para que se implementen medidas preventivas que aseguren la fluidez del tránsito en eventos similares.
