Una vez más, San José del Rincón vuelve a ser noticia, y no precisamente por un avance o logro colectivo. Esta vez, los protagonistas son los juegos recientemente instalados en la Plaza Principal de la localidad, que el pasado 8 de abril fueron colocados con la intención de ofrecer un espacio recreativo para las infancias. Sin embargo, apenas horas después, las imágenes que circularon por redes sociales mostraban una realidad lamentable: las estructuras habían sido desplazadas de su lugar original, vandalizadas, y en ellas se observaban personas adultas haciendo un uso inapropiado de lo que fue diseñado exclusivamente para los más chicos.
Este nuevo acto de destrucción del espacio público no solo refleja un preocupante nivel de falta de conciencia social, sino que también pone en evidencia el estado de un tejido comunitario cada vez más deteriorado. Rincón, una localidad de la Costa Santafesina que casi siempre figura en los titulares por hechos policiales, sigue alejada de los focos de progreso, atrapada en una rutina de violencia cotidiana, desinterés y abandono.
¿Qué lleva a una comunidad a destruir lo poco que tiene? ¿Es la ausencia de oportunidades laborales y de proyectos de vida una causa de esta conducta, o se trata de algo más profundo, como la falta de sentido de pertenencia y cariño por lo propio? ¿Dónde quedó el respeto por lo colectivo?.
Las cámaras de vigilancia, que deberían haber funcionado como un sistema preventivo, tampoco dieron respuestas a tiempo. ¿Falla técnica? ¿Falta de protocolo? ¿Complicidad silenciosa o simplemente una muestra más de la ineficiencia del municipio a la hora de anticiparse a este tipo de hechos?.
Mientras los vecinos manifiestan su preocupación por el escaso cuidado del espacio público, es inevitable preguntarse qué tipo de comunidad se está construyendo cuando los símbolos de juego, recreación e infancia son los primeros en caer. ¿Cómo se puede aspirar a un futuro mejor si lo poco que se logra se deshace en pocas horas por falta de compromiso y responsabilidad colectiva?
San José del Rincón necesita mucho más que juegos nuevos. Necesita una reconstrucción profunda, humana y social, que solo será posible cuando el respeto por lo común deje de ser una excepción y empiece a formar parte del día a día.
